La obsesión por la Electrónica, y sobre todo, por la obtención de música a través de la misma no es algo actual sino que nace en el siglo XIX. La avidez futurista por encontrar el instrumento de los instrumentos, aquél que fuera capaz de albergar en sí mismo los sonidos de una orquesta o de emular con la mayor fidelidad posible cualquiera de los sonidos producidos de forma natural, centraron la vida y obra de muchos científicos. El primero de ellos fue el autor de la obra “DEL TONO”, el físico y matemático alemán Von Helmholtz, con su arcaico “resonador Helmholtz”. Ya más contemporáneos, inicios del siglo XX, encontramos auténticas joyas de museo como el Dynamophone o Tehlharmonium, o el Choralcello. Instrumentos Electrónicos de tamaños colosales que llegaron al ostracismo por su falta de practicidad. Pero si hay un instrumento electrónico que ha levantado pasiones desde su invención en 1.917 hasta la fecha actual ese ha sido el Theremin, diseñado por el científico Lev Termen. Este artilugio conformado por dos antenas que sobresalen de una caja (una vertical que controla el tono y otra horizontal que controla el volumen) produce sonido al mover las manos cerca de las antenas. Theremin Actual En la dilatada evolución de estos antiguos engendros de la electrónica en fase experimental se desarrollaron instrumentos como el Electrophon (1.921), el Ondes-Martenot (1.928) o el Kaleidophon (1.939). Todos ellos predecesores del Instrumento ilustre de la música electrónica, “El Instrumento Musical por Excelencia”, la creación humana más relevante en el mundo de la música en 6.000 años de evolución: El Sintetizador. Robert Moog, un Ingeniero Americano, desarrolló en 1.963 el sistema de circuitos integrados, dando a luz al primer “Moog” Modular en 1.964. Estos sintetizadores de los años 60 desarrollados por Robert Moog tenían un inconveniente: sus ocho metros cuadrados de armario sólido, repleto de botones conectados por más de un kilómetro de cables interconectados. De ahí que se crearán modelos portátiles para adquirir un uso más práctico. Así surgió el VCS3, utilizado por Roxy Music, la primera banda musical que experimento con la música electrónica en 1.971, y el Mini Moog en 1.970. Roxy Music Vangelis en 1.975, Kraftwerk en 1.974 y Jean Michel Jarre en 1.975 fueron también pioneros en una época en los que los sonidos del sintetizador parecían traídos por un viajero del futuro. Además el coste absolutamente prohibitivo (algunos modelos como el Yamaha GX1 de 1.974 tenían un coste aproximado de 36.000$) de estos sintetizadores hacían inalcanzable para la mayoría de los mortales adquirirlos. Con este estado de la técnica el panorama musical cambio radicalmente. Vangelis, creador de la corriente ambient de la música electrónica con ejecuciones orquestales y Jean Michel Jarre antecesor del género Trance, inician la senda de la música electrónica más evocativa. Por el contrario, Kraftwerk, considerados los padres de la música electrónica en su vertiente más pop y uno de los grupos más influyentes en la música contemporánea, crearon el género musical techno ( referente a Tecnología), rindiendo culto con sus temas, letras e iconografía al desarrollo industrial y tecnológico, incluyendo advertencias sobre los peligros de un mal uso de la tecnología. La estética robótica de este grupo, sus voces sintetizadas mediante la utilización de Vocoders, y el sonido puramente electrónico (prescindiendo de los instrumentos clásicos del pop como la guitarra eléctrica o la batería tradicional) confieren a Kraftwerk ese halo vanguardista que influyó en los grupos electrónicos que aparecieron en los años 80´s.
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